Verano transitorio
El gato negro se metió dentro de mi vida casi sin permiso. Siempre que yo mostraba mi desacuerdo en cualquier tipo de opinión, acción o hecho, el gato me siseaba
con poco tacto, pues algo en él le dejaba intranquilo.
Tenía varias personalidades, a veces gato, otras perro. Él me creía un muñeco, sin vida, sin opinión, sin carácter…
Me temía porque no era como pensaba. Creía que me conocía. De hecho, me decía que pensaba que yo era de otra manera, no tan independiente, más calladita,
más sumisa.
Se dió cuenta de que iba en serio cuando le dije que ¡NO TE QUIERO!, y aún así, opuso resistencia a mi voz. Actué con todas mis fuerzas, pues el cariño y amor se
esfumó y saltó la rabia, la ansiedad, la impotencia y… el miedo.
Hubo un tiempo de incertidumbre, inseguridad, ansiedad, veía las cosas borrosas, nada estaba en su lugar…
No me escuchó. Me subestimó y se rió de mí. Me hizo sentir como una persona absurda.
Por desgracia, yo sóla no pude con él, pero pedí ayuda.
Siempre he sido sincera con el gato, pues él no lo valoró. Sólo pensó en él. Los gatos y perros de todos los tonos de pelaje tienen sentimientos, son amables, no molestan, pero este guardaba un interés.
Permití que entrara en mi casa, y se lo llevaron. Ya jamás volvió ni volverá, espero.
Cuando te roban la felicidad, cuando te tratan con inferioridad, cuando no te valoran, dejas de querer. Yo ya no le quería. Se lo dije, y siguió riéndose de mí. Realmente, de él mismo.
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Mi vida se convirtió en dudas, desconfianza, miedo… hasta que tuve que abandonar todo aquello gracias a mi valentía, sinceridad y con ayuda. En la transición desde
que lo abandoné, pasé por diferentes sensaciones de culpabilidad, inseguridades, esperanza… muchas más que he querido recoger en estas imágenes.
Las imágenes que estaba acostumbrada a ver, atardeceres increíbles, árboles cuando salía a correr, todo a mi alrededor, se tornó en imágenes nubladas, sobreexpuestas… nada era como antes. Aquí, en esta transición de mi vuelta a la felicidad, veo las cosas de esta manera. Lo transmito así.
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Mujeres y hombres sinceros y bondadosos, no dejéis que nada ni nadie destruya vuestra vida. Nadie debe anteponerse a vuestros principios y, a veces, tenemos
que luchar contra esos seres que quieren quitarnos lo más preciado por nosotros, nuestra libertad y nuestros valores.
He perdido todo el miedo a enfrentarme a gatos y perros confundidos y egoístas. Esos no dan nada en mi vida, y te la quitan entera.
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Esta es mi historia real que empezó en el 2021 y que acabó en el 2023. Tuve una relación sentimental con una persona que tenía muchos problemas, problemas que
no eran mi lucha, y quiso hacer que también fuese la mía.
Fue muy duro, pero ya fue.
El proyecto es una serie de veinte fotografías que hice durante esta transición desde el 1 de Mayo hasta Septiembre del año 2023
