Gran parte de mi infancia la pasé en este lugar, el camping Arenal, lo que ahora se convierte en un festival de música en verano.
Tengo muchísimos recuerdos, y me entristece pasear por esta zona recordando cada rincón del lugar, pues siempre me ha reconocido mi familia como una persona que es capaz de recordar gran parte de su infancia con detalles.
Lleno de grandes árboles, entre ellos estaba el eucalipto que se encontraba cerca de mi parcela, donde jugábamos al escondite y recogíamos las hojas para tenerlas de ambientador natural.
Recuerdo al hombre del saco, que era el vigilante del camping, y se paseaba con un garrote para asustar a los niños, y al mismo tiempo, asegurar que a partir de las doce de medianoche el camping estuviera en silencio.
Era una época de liberación, pues todos los fines de semana nos escapábamos toda la familia allí para reunirnos con nuestros amigos y poder respirar algo de aire y dar largos paseos por el mar.
Son mis recuerdos, bonitos recuerdos que aún conservo con una sonrisa en mi cara.